Hace 73 años en Argentina las mujeres adquirimos el derecho al voto. Antes de eso, éramos consideradas incapaces, al igual que los y las menores de edad y no podíamos elegir representante.
Pero el sufragio no significó en ese momento sólo el sufragio, esta fecha se «festeja» ya que es el comienzo de un centenar de derechos civiles que vinieron después. Durante siglos, los movimientos feministas reclaman y empujan por la igualdad y este triunfo, que si bien fue conseguido a través del empuje del Peronismo y de Eva Duarte, también fue la conquista política de cientos de partidos en donde militaban mujeres.
La ley 13.010 contó algunos años después (en las elecciones de 1951) con la participación del 90% del padrón electoral. O sea, casi todas las mujeres que debían votar, quisieron hacerlo y utilizaron así este flamante derecho.
En ese momento comenzó una carrera brutal para poder no sólo votar sino además formar parte de las decisiones políticas de nuestro país. Y digo brutal porque así como tuvo muchísima resistencia conseguir este derecho, el resto de las conquistas, fueron y son igual de difíciles de llevar a cabo.
Todos los pasos dados desde la fuerza de los feminismos respecto a la adquisición de nuevos derechos que apelan a la igualdad, tienen fuertes resistencias y son, casualmente, siempre los mismos sectores quienes disertan o militan en contra.